El presidente del Principado, Adrián Barbón, y el consejero de Innovación y Ciencia, Borja Sánchez, durante su visita a Sekuens.

El presidente del Principado, Adrián Barbón, y el consejero de Innovación y Ciencia, Borja Sánchez, durante su visita a Sekuens.

Autonomías 4.0

Capital riesgo público en las CCAA: de la competencia con los fondos privados al debate sobre su eficacia

Asturias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Andalucía o Castilla y León, ejemplos de administraciones autonómicas que han creado fondos de capital riesgo públicos. Los privados analizan esa convivencia.

5 mayo, 2024 02:54
Beatriz Aznar Javier Arnau

Ya no es algo aislado. Ya no es algo fruto de la improvisación o de la imaginación del político de turno. Si hay que fomentar el impulso a las startups y pequeñas empresas innovadoras desde la esfera pública, se fomenta. Y si, para ello, hay que convertirse en inversor, uno se convierte.

La última administración autonómica en anunciar la creación de un fondo de capital riesgo ha sido Asturias, pero antes pasaron por ese mismo punto otras como Andalucía, Galicia, Cataluña, Comunidad Valenciana o Castilla y León, por poner algunos ejemplos.

Y eso, en un contexto en el que los fondos de inversión privados están ojo avizor a los grandes proyectos tecnológicos sobre los que invertir, buscando rentabilidad y notoriedad.

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Evidentemente, en el caso público, la rentabilidad no es un objetivo basal, como sí lo es la prestación de ayuda al tejido emprendedor territorial. La rentabilidad se la devuelve la startup en imagen, en fortaleza del ecosistema, en atracción de talento a la región y, en última instancia, en atracción de más inversión.

Es un círculo virtuoso que ofrece una primera lectura: los fondos públicos y los privados parecen condenados a entenderse. Eso es, al menos, lo que se deduce de la opinión de los segundos, que para nada parecen sentirse amenazados por los primeros.

Analicemos primero algunas de estas experiencias públicas. La última, como decíamos, ha sido la de Asturias.

El gobierno de Asturias ha anunciado la puesta en marcha de un fondo de capital riesgo, en este caso público-privado, para apoyar el crecimiento y consolidación de empresas emergentes y pymes de sectores estratégicos.

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La Sociedad de Regional de Promoción (SRP), perteneciente a la agencia pública de innovación Sekuens, será la encargada de invertir en este fondo privado –que tendrá una dotación de entre 20 y 30 millones-, con una participación de 1,5 millones.

Esta nueva línea de actuación viene a complementar por cierto, los mecanismos ya desplegados por esta sociedad en la comunidad, como el Fondo Asturias Startup.

Uno de los principales objetivos del nuevo fondo es captar empresas emergentes con alta capacidad de crecimiento para que se instalen en Asturias; es decir, atraer empresas gacela, compañías de crecimiento muy veloz y sostenido.

La idea inicial es apoyar proyectos empresariales iniciales de alto riesgo con un elevado componente innovador en sectores como la movilidad, la energía y la descarbonización o industrias artísticas de alto impacto. Se trata de un mecanismo pionero en Asturias, que responde a un criterio de excelencia en la calidad de las iniciativas, agilidad y ejemplo de colaboración público-privada.

De Asturias, nos trasladamos a Andalucía. Allí a principios de año se conoció que la Junta iba a invertir 35 millones de euros para la expansión empresarial en Andalucía, a través de un fondo de capital riesgo de 25 millones de euros (19 financiados por la administración autonómica). De nuevo la colaboración con lo privado es fundamental.

Este fondo, ha apuntado la consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Carolina España, forma parte de un paquete completo de tres, por un montante de 44,72 millones de euros financiados con fondos FEDER, que se puso en marcha por la Agencia IDEA, ahora integrada en TRADE.

"Medidas como ésta son las que nos permiten llegar a las empresas andaluzas".

Carolina España, consejera de Hacienda de la Junta de Andalucía

"En Andalucía estamos trabajando para propiciar una revolución empresarial, y medidas como ésta son las que nos permiten llegar a las empresas andaluzas", ha indicado la consejera.

Para su gestión, se ha contado con tres consultoras, entre ellas Axon Partners Group, que ha gestionado el mayor de los tres fondos, denominado Corporación Bética de Expansión Empresarial Fondo Capital Riesgo.

Todos los proyectos invertidos, como en el caso asturiano, responden a sectores estratégicos del territorio, descubriendo así un nexo común de este tipo de fondos: la prioridad, además del apoyo a las empresas emergentes, es centrar estrategia.

Mientras otras regiones como Murcia o Cantabria, abren programas de conexión, es decir encaminados a convertir a la administración en una especie de 'Celestina' que pone en contacto a fondos de capital riesgo con empresas emergentes, hay otras comunidades autónomas que se valen de instituciones financieras públicas para promoverlos directamente.

El caso valenciano, "fondo de fondos"

Es el caso del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), que promueve y participa en sociedades y fondos de capital riesgo con el fin de "incrementar la oferta de capital para las empresas, complementando al sector privado y multiplicando los recursos que se destinen a proyectos de la Comunidad Valenciana".

El objetivo es "contribuir al crecimiento de las empresas, tanto en sus fases iniciales, internacionalización, consolidación y crecimiento", explican fuentes de la entidad.

Así, se ha creado el Fondo Valenciano de Crecimiento y Competitividad Empresarial (CREIX), un "fondo de fondos" que nace con vocación de invertir en instrumentos de capital riesgo, de nueva creación o ya existentes, pertenecientes a la modalidad de capital expansión.

Recuerdan en Galicia, con espíritu didáctico, que el capital riesgo es una "actividad financiera consistente en proporcionar recursos a medio y largo plazo, pero sin vocación de permanencia ilimitada".

Añaden que "desde el punto de vista financiero, supone un incremento de los fondos propios, añadiendo credibilidad y estabilidad financiera, y desde el punto de vista interno de la empresa ayuda a la profesionalización de la gestión empresarial, colaborando en la búsqueda de financiación adicional, apoyando la internacionalización y otros servicios".

En tierras gallegas existe una sociedad pública de capital riesgo, Sodiga, cuyas inversiones se dirigen a empresas con alto potencial de crecimiento, gestionadas por empresarios de reconocida solvencia profesional y que tengan relación con el desarrollo y consolidación de la economía e industria de Galicia. 

Castilla y León y Cataluña también han desarrollado experiencias en este sentido. En la región castellano y leonesa, el Consejo de Gobierno de la Junta autorizó el pasado diciembre 6,6 millones para incrementar un fondo de capital riesgo, a través de Sodical, "para financiar inversión y capital circulante de proyectos empresariales que incentiven el aprovechamiento de recursos endógenos de la región y su cadena de valor, con una inversión empresarial de 21 millones y la creación de 289 empleos".

Por último, en Cataluña, la Generalitat de Pere Aragonés ha puesto en marcha en esta recta final de legislatura del Fondo de Inversión de Tecnología Avanzada. El fondo cuenta con 55 millones de euros, de los que 30 millones son públicos. El Fondo Europeo de Inversiones pone 15 millones más. El resto, se confía a la iniciativa privada.

La opinión de los fondos privados

Analizados algunos ejemplos y sin olvidar que tanto la administración central como la Europa -con el ejemplo del FEI a la cabeza- también trabajan en iniciativas macrorregionales, la pregunta es, ¿cómo valoran los fondos de capital riesgo españoles la entrada de la administración pública regional en su nicho de mercado?

DISRUPTORES – EL ESPAÑOL ha consultado con tres de los nombres propios del ecosistema inversor en nuestro país y la lectura es clara: no consideran competencia directa esta iniciativa pública, pero dudan de que alcance la misma efectividad que en el sector privado.

Así lo defiende Íñigo Laucirica, Investment Manager de Samaipata. "Las CCAA son entes con muy amplias competencias en nuestro país y, por lo tanto, nos parece positivo que se involucren en dinamizar el ecosistema emprendedor, incluso con inversión. No lo vemos como competencia, puesto que el capital privado debe diferenciarse por su experiencia y capacidad de apoyo a las startups".

Desde Swanlaab Venture Factory, su General Partner Verónica Trapa, pone el talento en el centro de este debate: "Si hay suficiente talento y tecnología en la Comunidad Autónoma para que los gestores de fondos puedan seleccionar las mejores startups de entre un número suficiente de oportunidades, tiene sentido; si no, hay un gran riesgo de tener que invertir en todos los proyectos disponibles, independientemente de su potencial futuro a nivel inversión, con el daño que también se genera por la desalineación de las expectativas de los inversores privados en este tipo de fondos y su retorno".

"Los fondos públicos pueden tener acceso a recursos sustanciales, pero siempre hemos creído que la agilidad y la experiencia que proporcionamos dan un valor distinto".

Jorge Dobón, fundador de Demium

Experiencia emprendedora y agilidad. Estas son las cualidades que el venture capital considera no pueden ofrecer en la misma media los fondos de capital riesgo que promueve la administración regional.

"Si bien estos fondos público-privados pueden tener acceso a recursos sustanciales y ofrecer condiciones potencialmente más favorables debido al respaldo gubernamental, en Demium Capital siempre hemos creído que la agilidad y la experiencia emprendedora que ofrecemos, proporcionan un valor distinto y a menudo superior para los emprendedores", argumenta Jorge Dobón, fundador y Managing Partner de Demium.

Para el empresario "es crucial que continuemos enfocándonos en lo que hacemos mejor: identificar y ayudar a desarrollar talento emprendedor de alto potencial, y crear conexiones valiosas que no se limitan al aspecto financiero".

Además, Dobón ve un riesgo de alteración del mercado de mano de estos nuevos fondos públicos. "Debemos mantener nuestra visión de fomentar un ecosistema emprendedor que se base en la meritocracia y la innovación genuina, sin depender excesivamente de subsidios o apoyos estatales que podrían distorsionar las dinámicas de mercado", puntualiza.

Por su parte, la dimensión del mercado es otro de los aspectos que los fondos consideran es crucial en esta cuestión. "En este tipo de políticas de inversión de fondos de fondos tiene todo el sentido las políticas a nivel país, porque el venture capital es un negocio a nivel global y España aún no tiene el grado de desarrollo del ecosistema emprendedor como para poder sectorizar por clústeres verticales o regiones su tejido emprendedor y de inversión", relata Verónica Trapa desde Swanlaab Venture Factory.

Puede que la propuesta de regiones como Asturias no sea una competencia directa, pero sí podría ejercer de acicate en un momento clave para el ecosistema emprendedor español. Así lo defiende algunas de las voces consultadas por esta redacción. "Más que verlo únicamente como competencia, lo consideramos como un desafío para innovar y mejorar nuestra propia estrategia de inversión", concluye Jorge Dobón desde Demium.